Los materiales que hacen posible la esencia de shaïma

Los materiales que hacen posible la esencia de shaïma

La belleza nace de la precisión, la paciencia y la calidad absoluta.

En shaïma creemos que el lujo no es una estética: es una forma de hacer las cosas.
Cada pieza que creamos pasa por nuestras manos, por nuestra mirada y por un proceso donde la calma, la técnica y la sensibilidad se convierten en joya. Y para que ese proceso tenga sentido, los materiales que elegimos deben estar a la altura de nuestra filosofía: precisión japonesa, brillo bohemio, tejidos exquisitos y metales nobles que perduren en el tiempo.Hoy te abrimos la puerta a ese universo de materiales que dan vida a shaïma.

Rocalla Miyuki: la perfección japonesa en cada cuenta

La rocalla Miyuki es, sin duda, el corazón de muchas de nuestras piezas. Fabricada en Hiroshima por Miyuki Co., Ltd., es considerada la cuenta más precisa del mundo.

  • Material: cristal japonés de alta pureza, sin plomo.
  • Fabricación: bordes limpios, forma perfectamente uniforme, un nivel de precisión que permite tejidos minuciosos y elegantes.
  • Variedad cromática: más de 1.000 tonos y acabados —metalizados, duracoat, opacos, irisados, galvanizados— que nos permiten crear piezas con profundidad, luz y carácter propio.
  • Uso: ideal para técnicas como peyote, herringbone, delica o telar.
  • Percepción: delicadeza, brillo equilibrado, lujo contemporáneo.

En shaïma utilizamos exclusivamente Rocalla Miyuki original, porque creemos que el lujo auténtico comienza por aquello que no se ve a simple vista: la precisión de cada cuenta que sostiene la estructura de una joya hecha a mano.

 

Metales nobles: plata, latón y estaño con baños de alta joyería

Seleccionamos metales que no solo embellecen, sino que acompañan y protegen la pieza a lo largo del tiempo.

Plata de primera ley

Utilizamos plata 925 en ciertos componentes estructurales, garantizando resistencia, suavidad al tacto y un brillo sereno y elegante.

Estaño de calidad joyera

Hipoalergénico y maleable, nos permite crear bases ligeras y duraderas.

 

Latón de alta gama con baño de oro 18kt

El latón —una aleación de cobre y zinc— posee de por sí un tono dorado cálido, pero en shaïma lo transformamos mediante un proceso galvánico que va mucho más allá del baño estándar.

  • Primero aplicamos una capa gruesa de oro de 18 quilates.

  • La última capa es de oro de 24 quilates, para un acabado luminoso, profundo y sofisticado.

  • Todo el oro utilizado en el proceso es 100% reciclado, respetuoso con el medio ambiente.

  • El resultado: piezas resistentes, hipoalergénicas, con la presencia visual de una joya de oro macizo.

No creemos en los baños finos que se desgastan rápido. Creemos en la durabilidad, en el brillo que acompaña, en joyas que nacen para quedarse.

 

Hilos japoneses: precisión, resistencia y elegancia silenciosa

Para las terminaciones y ensamblajes de nuestras piezas utilizamos hilos japoneses de alta calidad, reconocidos en el mundo de la artesanía y la moda por su resistencia, suavidad y acabado impecable. Estos hilos se caracterizan por su estructura fina pero firme, su durabilidad y su capacidad para mantener la intensidad del color con el paso del tiempo.

Su textura delicada, su tensión uniforme y la pureza de sus fibras permiten crear cierres, uniones y detalles que se integran con elegancia en cada joya. Son hilos pensados para aportar un toque contemporáneo y artesanal al mismo tiempo, elevando la pieza sin restarle protagonismo.

En shaïma utilizamos estos hilos japoneses porque encarnan exactamente lo que buscamos:
calidad, precisión y una belleza discreta que realza cada diseño.

 

Un lenguaje común: calidad, calma y artesanía consciente

Cada pieza shaïma es una historia tejida lentamente.
Una pausa.
Un instante de belleza pensado para perdurar.

La suma de la precisión japonesa, el brillo delicado del cristal, los metales nobles y las cintas de alta costura no es casualidad: es una elección consciente. Es nuestra forma de honrar tu tiempo, nuestras manos y la tradición artesanal que defendemos.

Porque el lujo verdadero no es rápido, ni ruidoso, ni fugaz.
El lujo verdadero —el que nos define— es aquello que se hace con intención, con cuidado y con materiales que merecen perdurar.

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